Filosofía de trabajo
Un nuevo concepto de salud mental, al servicio de las personas
Necesidad
La dificultad en relacionar las dimensiones fisiológicas y experienciales en los trastornos psiquiátricos sigue siendo un complejo y dichoso problema de integración en la salud mental. Tanto los modelos reduccioncitas como los modelos basados en la dualidad mente-cuerpo, ofrecen una respuesta parcializada al sufrimiento psicológico. De aquí la necesidad de apoyarse en un marco teórico que ayude a relacionar e involucrar los fenómenos heterogéneos que pueden estar en juego en el desarrollo y persistencia de los trastornos psiquiátricos, y que permita comprender que puede pasar en las diferentes formas de intervención.
Concepto
Por eso hago referencia a la perspectiva enactiva de la salud mental, según la cual toda actividad mental (percepción, emoción, pensamiento, conducta) converge en la generación sentido (o significado). La generación de sentido se basa en la interacción entre Persona y Entorno. Hablamos de Persona refiriéndonos a su Cuerpo (es decir, a sus procesos fisiológicos), a sus Experiencias y a su Capacidad reflexiva (es decir, a su capacidad de razonar sobre él mismo). Hablamos de Entorno refiriéndonos al mundo (es decir, al contexto socio-cultural y material inherente a la persona).
Al enfocar la “enfermedad mental” como un trastorno de la “generación de sentido”, nos podemos acercar al sufrimiento psicológico de forma holística e integrada, teniendo en cuenta las cuatro dimensiones fundamentales e interdependientes que contribuyen al trastorno mental: la dimensión experiencial, fisiológica, socio-cultural y existencial. *
Terapia
Mi intervención específica se focaliza primariamente en la dimensión fisiológica del trastorno mental, desde la perspectiva integradora e interdinámica definida anteriormente. Identificar ciertos síntomas me permite considerar la oportunidad de recurrir a intervenciones farmacológicas.
Sabemos que utilizar ciertas moléculas en determinados trastornos psiquiátricos tiene que ver con interferir y modular la neuroquímica cerebral, con una serie de efectos esperados (es decir, basados en evidencia científica) que pueden ayudar a aliviar el sufrimiento mental en determinadas condiciones. Abandonando el concepto que yace detrás del lenguaje farmacológico basado en la enfermedad (“antidepresivos”, “ansiolíticos”) y utilizando una terminología basada en el efecto del fármaco (“inhibidores de recaptación selectivo de la serotonina”, “gabaérgicos”), se propone ofrecer un tratamiento más especializado, objetivo y respetuoso. **
Por otra parte, esto supone un trabajo en equipo que se apoya en la pericia de diferentes colaboradores, para poder abordar el sufrimiento mental desde diferentes perspectivas y lenguajes, teniendo en cuenta las dimensiones experiencial, socio-cultural y existencial, que están en juego en la generación de sentido trastornada. Siendo del todo consciente que se trabaja con el sentido único de cada persona.
Mi filosofía de trabajo se inspira y se basa en libros y artículos que podéis ojear en el apartado Referencias. En más detalle:
* El concepto elaborado en este apartado se inspira y hace referencia a modelos ya elaborados y propuestos por diferentes grupos de investigación. En específico, se basa en la elaboración propuesta por Sanneke De Haan, expuesta en el libro “Enactive Psychiatry”
** El concepto elaborado en este apartado se inspira y hace referencia a modelos ya elaborados y propuestos por diferentes grupos de investigación. En específico, se basa en la elaboración propuesta por Johanna Moncrieff, expuesta en el libro “Hablando claro. Una introducción a los fármacos psiquiátricos”.