Desde una perspectiva integradora y holística, mi función es la de poder identificar tus síntomas psicopatológicos tal y como los elabora el cuerpo con sus procesos fisiológicos, de forma integrada con tus experiencias, tus valores y tu (nuestro) contexto socio-cultural. Esta labor me permite elaborar diagnósticos clínicos basados en los síntomas, aunque el foco terapéutico tendrá un alcance más amplio y a la vez más personalizado.

Al trabajo de exploración e identificación de síntomas, sigue la elaboración de un plan terapéutico, donde mi primer objetivo es valorar si el uso de alguna molécula psicoactiva comercializada para trastornos psiquiátricos (psicofármacos, psicodélicos) te puede ayudar a modular esos procesos fisiológicos relacionados a tus síntomas, de cara a aliviar el sufrimiento y mejorar tu calidad de vida. Este modelo también me permite valorar la oportunidad de interrumpir o reducir tratamientos psicofarmacológicos en curso, o acompañarte en eventuales procesos de deshabituación o desintoxicación farmacológicas y de sustancias.

El desarrollo de un plan terapéutico amplio implica la contemplación de todas las diferentes dimensiones del trastorno mental y se configura como trabajo de equipo: colaboración, convergencia y coordinación con diferentes profesionales que compartan la misma ética profesional y que recurran a experiencias, contribuciones y herramientas propias (lenguaje, pautas, relación, movimiento, creatividad). Con ellas, realizaré un trabajo de equipo a través de una coordinación continuada.

Finalmente, mi rol contigo no será paternal o de “curandero”, más bien usaré mis conocimientos y experiencias para ayudarte a encontrar los recursos que te permitan mejorar y, como objetivo final del tratamiento, llegar un día a prescindir de substancias y acompañamiento.